Seguramente habrás oído la frase que dice “lo que mal empieza, mal acaba” o la de “te has levantado con el pie izquierdo”. Pues bien, estas dos frases tienen mucho de verdad. Piensa que los hábitos son la hoja de ruta de nuestro día a día y en última instancia son los que determinan el tipo de vida que tenemos.
Si se acumulan malos resultados, una de las razones principales es que durante el día no se está haciendo lo necesario para revertir la situación. Dicho de otra forma, lo que obtenemos es el resultado de nuestro esfuerzo y de nuestros actos.
Además, tal como ya apuntábamos en el anterior artículo "Paso 3: Dejar de quejarse y focalizar", cada vez que actuamos de una forma concreta, tendemos a "ser" de esa forma. De esta manera, un mal hábito a nivel de estudios, nos convierte poco a poco en un mal estudiante. Por fortuna, de la misma forma, los buenos hábitos nos podrán acercar cada vez más a cambiar y a convertirnos en "buenos estudiantes".
Por lo tanto, podemos sentenciar que localizar los hábitos que nos perjudican en nuestro día a día y sustituirlos por unos más proactivos será un paso fundamental para poder mejorar la vida escolar de cualquier estudiante.
En este paso empieza la actuación más práctica, la del día a día y la constancia. Deberemos primero definir los nuevos "buenos hábitos", esas prácticas y actuaciones que hasta ahora no hacíamos o hacíamos mal y que nos permitirán eliminar nuestros defectos.
Obviamente, la faena más dura a continuación será aplicar estos buenos hábitos de manera regular. En este punto es importante que el padre o madre o la persona que está acompañando al estudiante a mejorar le anime a cada buen paso y le dé importancia y refuerzo positivo de manera regular según se van cumpliendo estas nuevas buenas prácticas. Esto animará al estudiante a seguir trabajando en esa dirección.
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Ahora es tu turno
Además de decidir cuales serán estos nuevos hábitos, igual de importante será realizar un seguimiento y poder ir viendo las mejoras obtenidas. Si conseguimos felicitar al estudiante y obtener una mejora en los resultados este se sentirá mucho más animado para seguir trabajando en al dirección correcta.
* ¿Qué buenos hábitos voy a seguir a partir de ahora?
* ¿Cada cuando reflexionaré sobre si lo estoy haciendo bien o no?
* ¿Qué resultados estoy obteniendo con mis nuevos hábitos?