Si decimos procrastinar algunos no sabrán a qué nos referimos; pero si decimos que son aquellas obligaciones que vamos evadiendo y dejando para más tarde, seguro que unos cuantos se dan por aludidos. Por ejemplo, ir posponiendo el estudio de una asignatura y dejarlo para el último día.
Sin embargo, no se trata de que una persona no quiera hacer una tarea, sino de que queriendo hacerla la va posponiendo.
La principal causa de procrastinar es el miedo al fracaso, y no la pereza.
Las consecuencias de la procrastinación serán los agobios y la autoculpa por haber dejado pasar el tiempo; aunque finalmente termines la tarea, será de peor calidad puesto que no has dedicado tiempo suficiente, etc.
Y entonces, ¿cómo dejar de procrastinar? . Pues a continuación se dan unos consejos:
Hacerse un calendario de estudio con objetivos realistas, es decir, si tenemos dos horas para estudiar un día no podemos poner una tarea que nos lleve tres porque esto lo único que haría sería aumentar el estrés y nos llevará de nuevo a procrastinar. Por lo tanto, debemos marcar un horario concreto de estudio y también los días/horas que tengamos libres.
Evitar distracciones. Estudiando en un lugar sin ruido, móviles que no estén al alcance durante el tiempo de estudio, etc.
Para evitar agobiarnos al principio, podemos rellenar una tabla con objetivos a largo, medio y corto plazo.
Ejemplos:
A largo plazo, aprobar asignatura.
A medio plazo, aprobar el siguiente examen. Precisamente en este punto es donde actualizar el calendario de estudio.
A corto plazo: cumplir con el estudio de cada día. Es decir, este paso tiene que ser un objetivo muy concreto, que esté subdividido en pequeñas tareas. En el día a día es importante el uso de la agenda.
Poniendo en práctica estos consejos y con fuerza de voluntad estaremos más cerca de conseguir nuestros objetivos.
Diba Marcos
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